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Mostrando entradas de julio, 2025

El tesoro del duende irlandés - Versión alterna

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EL TESORO DEL DUENDE IRLANDÉS En lo más profundo del Bosque Encantado vivía un duende irlandés en una pequeña casa de piedra. Cada mañana, salía a trabajar a la zapatería del pueblo más cercano. Nadie entendía por qué lo hacía, si en su casa tenía escondido un caldero repleto de monedas de oro. El duende era muy avaro y codicioso. Durante años, había desenterrado tesoros escondidos por antiguos soldados de guerras pasadas y los guardaba sin permiso en su hogar secreto. Pero un día, algo inesperado ocurrió. Una camioneta roja, zigzagueando a toda velocidad, decidió acortar camino por el Bosque Encantado. Adentro iba un ladrón, huyendo desesperadamente de la policía. Había asaltado una tienda de licores y logró escapar por poco. Al adentrarse en el bosque, vio la casita de piedra. Se estacionó, miró por la ventana y notó que no había nadie. De una patada, rompió la puerta y entró. Dentro encontró una chimenea apagada, una mesa con mantel blanco, una silla, un sillón y un control remoto s...

Alicia se quedó dormida

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ALICIA SE QUEDÓ DORMIDA Alicia soñaba en medio de la tarde, recostada en una hamaca bajo la sombra de los robles en el bosque de su casa en Londres. Sin darse cuenta, sus párpados se cerraron, y de pronto comenzó a caer. Un túnel blanco, infinito, la arrastraba suavemente hacia las profundidades de la tierra. No sabía qué estaba pasando. Miraba a su alrededor y todo era extraño: su habitación aparecía frente a ella, pero algo era diferente… las paredes crecían hasta el cielo, y ella se veía diminuta, como una muñeca en una caja de gigantes. De repente, el techo se abrió y una cascada de agua lo inundó todo. Alicia, sin saber qué hacer, dobló un barco de papel con sus propias manos y se subió en él, dejándose llevar por la corriente. Navegó directo hacia una cerradura dorada que parecía brillar en medio del caos. Al cruzarla, el agua desapareció como por arte de magia, y al otro lado todo estaba seco y lleno de luz. Ahí la esperaba un conejo blanco, vestido con chaleco y reloj de bo...

Cohete carretón - Fotografía

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  DECLARACIÓN DE AUTORÍA Yo, [Luis Hernan Carmona Acevedo] , cédula de identidad N.º [tu RUT] , con domicilio en [tu dirección] , declaro bajo juramento lo siguiente: Que soy el autor y creador original de la obra artística titulada "Cohete carretón" , la cual fue concebida íntegramente a partir de mi idea, diseño y dirección creativa, utilizando herramientas digitales de generación gráfica para su ejecución. Que la obra corresponde a una ilustración digital en blanco y negro , que representa un carretón volador con alas de murciélago, impulsado por una persona que pedalea mientras vuela en el cielo nocturno, con una luna llena luminosa de fondo. Que dicha obra es una creación única y original, producto de mi imaginación, y que no infringe derechos de autor de terceros ni constituye una copia de otra obra preexistente. Que, en consecuencia, me reconozco como único titular de los derechos de autor sobre la obra y de los derechos patrimoniales asociados a su expl...

La leyenda del búfalo blanco

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LA LEYENDA DEL BÚFALO BLANCO   Había una vez una tribu cheyenne que habitaba en las grandes praderas de los Estados Unidos. Entre ellos, se contaba la leyenda del búfalo blanco que se creía era una señal enviada por los dioses.La mayoría de los guerreros de la tribu intentaron encontrar al búfalo, pero nunca lo lograron. Un día, un joven llamado Caminante Silencioso tuvo una visión en la que el búfalo blanco le hablaba. Le dijo que debería ir a buscarlo solo y que, si lograba capturarlo, tendría una gran bendición para su tribu.Caminante Silencioso se dispuso a encontrar al búfalo blanco. Caminó durante meses, hasta que finalmente lo encontró en una pradera solitaria. Él se acercó en silencio y sin hacer ruido, y logró acariciar su lomo sin asustarlo.Después de varios días de viaje juntos, Caminante Silencioso y el búfalo blanco llegaron a la aldea cheyenne. Todos los miembros de la tribu se reunieron para ver al animal sagrado que había sido capturado.Después de una extensa ceremo...

CIUDAD VAMPIRO

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  Ciudad Vampiro Miguel Río viajaba en silencio, sentado en el asiento trasero de la vieja furgoneta gris escuchando música en sus audífonos. El motor vibraba como si tuviera un corazón nervioso, y la carretera, que se estiraba interminable frente a ellos, parecía tragarse el tiempo. Su padre conducía concentrado, con los nudillos apretados sobre el volante, mientras su madre observaba por la ventana con una mezcla de nostalgia y expectativa. Se mudaban a una nueva ciudad. Para Miguel, aquello significaba empezar de cero: primer año de universidad, nuevas calles, nuevos rostros... pero algo, en lo más profundo de su instinto, le decía que esa ciudad no era como las demás. La metrópolis apareció al final del horizonte como una sombra oscura, una criatura dormida. Los edificios eran tan altos que ocultaban parte del cielo, y las luces, en vez de dar vida, parecían rojas y pálidas, como si hubieran sido diseñadas para iluminar cementerios. Miguel observó por la ventana y, con el coraz...

El granjero y el duende irlandés - Cuento popular

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  EL GRANJERO Y EL DUENDE IRLANDÉS En las tierras de Peñaflor, vivía un viejo granjero llamado Manuel, un hombre de manos endurecidas por los años de trabajo y la piel curtida por el sol. Cada día, desde el amanecer hasta la caída del sol, Manuel araba la tierra con su tractor antiguo, una máquina que se mantenía viva gracias a reparaciones improvisadas y el cariño de su dueño. El granjero cultivaba zapallos, choclos, pimentones, tomates y lechugas, productos que vendía en los mercados locales para poder mantener a su familia. Vivía con su esposa, sus tres hijos y su perro, un quiltro fiel llamado Chocolate, que lo seguía a todas partes. La vida en el campo no era fácil; los precios subían cada día debido a la inflación, y las cuentas del hogar parecían multiplicarse como si tuvieran vida propia. Manuel, a pesar de su esfuerzo, sentía que nunca era suficiente. Trabajaba para el patrón del fundo, y aunque sus días eran eternos, su bolsillo seguía vacío. En más de una ocasión pensó q...

La paciencia de San Pedro - Cuento corto

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  LA PACIENCIA DE SAN PEDRO  Soy un ángel palestino, me llamo San Pedro. Antes de convertirme en el guardián del cielo, era un simple pescador en las aguas del Mar de Galilea. Pasaba mis días remando en mi bote de madera, luchando contra el oleaje y esperando la pesca del día para venderla en el mercado del pueblo. Tenía las manos ásperas, la piel quemada por el sol y una vida sencilla, pero llena de paz. Sin embargo, desde que dejé la Tierra, mi destino cambió por completo. Ahora trabajo en el cielo, y aunque aquí no hay tormentas ni mercados, mi labor es igual de ardua. Soy el recepcionista eterno, el portero del paraíso. Llevo incontables años en este puesto, recibiendo almas, anotando nombres en mi lista infinita, y decidiendo quién puede entrar y quién debe quedarse fuera. No hay pausas ni vacaciones. Cada día llegan miles de fantasmas, todos en fila, con miradas de ansiedad y esperanza, esperando que les dé la bienvenida. Mi escritorio es de mármol blanco, frío como el h...

El tesoro del duende irlandés

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  EL TESORO DEL DUENDE IRLANDÉS En las verdes colinas de la Isla Esmeralda, donde la hierba parece un océano suave que se mece al ritmo del viento, los duendes bailan cuando la luna se alza sobre el horizonte. Son criaturas alegres, guardianes de secretos antiguos, que celebran con risas y música el espíritu libre de la tierra. Entre ellos, se cuenta la historia de un tesoro escondido, oculto durante miles de años en lo profundo de una cueva de piedra, donde el tiempo parece haberse detenido. Ese tesoro no es solo un cofre rebosante de monedas de oro y joyas centelleantes, sino también la esencia misma de la magia de la isla. Cada moneda guarda un suspiro de las hadas del bosque, cada piedra preciosa encierra el brillo de los amaneceres más puros. La leyenda dice que aquel que lo encuentre y sea digno de poseerlo no solo será rico en bienes, sino también en espíritu y sabiduría. Sin embargo, los corazones codiciosos no pueden resistir la tentación, y muchos han desaparecido en su b...

La Maldición del Rey de Escocia

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  La Maldición del Rey de Escocia Dedicado: Alma Ratto I. El Rey de Oro En las tierras verdes y brumosas de Escocia, en el año 1860, gobernaba un rey como no hubo otro en su tiempo: Spencer Mac-karmo, un monarca sabio, justo y fuerte. Su reinado era recordado como una época de abundancia, en la que el pueblo vivía sin hambre y las cosechas eran generosas. Los habitantes de Edimburgo lo veneraban, pues era conocido por ayudar a todos sin distinción, desde el campesino más humilde hasta el noble más encumbrado. El rey Spencer era un hombre imponente. Tenía los ojos azules como el hielo del invierno, una larga cabellera rubia y una barba espesa que le daba un aire de guerrero antiguo. Siempre portaba una armadura de oro que reflejaba los rayos del sol, y en su cabeza reposaba una corona dorada, símbolo de su poder y de la lealtad de su pueblo. No había enemigo que pudiera enfrentársele en combate. Con la espada era letal, con el arco certero, y su fuerza se decía que era la de diez ho...

Un cuarto sencillo - Cuento corto

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  UN CUARTO SENCILLO  Luis Hernán Carmona nació el 17 de marzo de 1985 en Santiago de Chile, y desde entonces había llevado una vida marcada por los contrastes: momentos de tranquilidad junto a su familia y su hijo, y otros llenos de lucha interior. Vivía en un departamento amplio, ubicado en Providencia, en el número 23. Compartía ese hogar con sus padres y con su hijo, formando una familia que, a pesar de los desafíos, se mantenía unida. Su hermana Consuelo, en cambio, llevaba una vida completamente distinta al otro lado del mundo. Residente en Estados Unidos, era una paracaidista profesional que amaba el peligro, los desafíos extremos y las experiencias que hacían temblar el corazón. El padre de Luis era un hombre dedicado, cirujano dentista egresado de la Universidad de Chile. Tenía una pequeña clínica dental a dos cuadras de la casa, a la cual siempre iba caminando, orgulloso de la carrera que había construido, aunque ya estaba cerca de la jubilación. Su madre, por otro...

La travesía del irlandés

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LA TRAVESÍA DEL IRLANDÉS Era una mañana gris y húmeda en un pequeño pueblo costero cercano a Dublín, Irlanda, en el año 1820. La bruma del mar se deslizaba como un velo sobre las casas de madera, mientras las gaviotas revoloteaban en busca de restos de pescado en el puerto. Miguel Río, un joven de apenas dieciocho años, observaba el horizonte desde la ventana del desván donde solía pasar las tardes. Desde niño había soñado con aventuras en alta mar, con barcos de velas gigantes enfrentando olas feroces y con cofres rebosantes de monedas de oro ocultos en islas perdidas. Miguel era un muchacho inquieto, de cabellos castaños y rizados, ojos verdes y una energía que lo impulsaba a buscar algo más allá de la rutina del pueblo. Había crecido escuchando las historias de su abuelo, un viejo marinero que decía haber recorrido los mares del Caribe y haber visto piratas reales, hombres con cicatrices y miradas fieras que desafiaban las tormentas en busca de tesoros. Aunque muchos en el pueblo pe...