El tesoro del duende irlandés - Versión alterna
EL TESORO DEL DUENDE IRLANDÉS
En lo más profundo del Bosque Encantado vivía un duende irlandés en una pequeña casa de piedra. Cada mañana, salía a trabajar a la zapatería del pueblo más cercano. Nadie entendía por qué lo hacía, si en su casa tenía escondido un caldero repleto de monedas de oro.
El duende era muy avaro y codicioso. Durante años, había desenterrado tesoros escondidos por antiguos soldados de guerras pasadas y los guardaba sin permiso en su hogar secreto.
Pero un día, algo inesperado ocurrió. Una camioneta roja, zigzagueando a toda velocidad, decidió acortar camino por el Bosque Encantado. Adentro iba un ladrón, huyendo desesperadamente de la policía. Había asaltado una tienda de licores y logró escapar por poco. Al adentrarse en el bosque, vio la casita de piedra. Se estacionó, miró por la ventana y notó que no había nadie. De una patada, rompió la puerta y entró. Dentro encontró una chimenea apagada, una mesa con mantel blanco, una silla, un sillón y un control remoto sobre la mesa. Se sentó a ver televisión, se dio cuenta que la casa olía a humedad.
Fue entonces cuando notó algo extraño debajo del mantel: un caldero lleno de monedas de oro. Rápidamente lo agarró, lo metió en la camioneta y huyó con el botín.
El duende, al regresar, vio la puerta abierta de par en par. Entró corriendo, angustiado, y al comprobar que su tesoro había desaparecido, gritó desesperado:
—¡Nooooooooooo! ¡Me robaron! ¡Qué descuidado he sido!
Miró por la ventana para ver si había pista del ladrón pero ya era muy tarde, había desaparecido como el viento, se miró en el espejo y comenzó a llorar.
Ya no tenía ni una moneda para sobrevivir. Mientras tanto, el ladrón, feliz con su tesoro, viajó en avión con su familia al Caribe. Pasaron unas vacaciones soñadas en un hotel cinco estrellas. Al volver, invirtió parte del oro en abrir un restaurante, que tuvo un éxito rotundo. Y así, el duende quedó solo, pobre y triste, lamentando su codicia, mientras el ladrón disfrutaba de una nueva vida. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Fin.
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