El tesoro del duende irlandés, cuento infantil

EL TESORO DEL DUENDE IRLANDÉS Había una vez un granjero que trabajaba en el campo, todos los días se levantaba en su tractor viejo para arar la tierra y poder cultivar lechugas, tomates y papas. Era muy esforzado, su jordana empezaba temprano en la mañana y terminaba a las siete y media de la tarde. El granjero le rezaba a Dios que lo ayudara, tenía una familia numerosa y muy pobre, no podía dejar de trabajar. Con el sol en la espalda el campesino no paraba de manejar su tractor rojo para poder vender sus verduras en la feria. Un día cualquiera, el granjero araba la tierra con un rastrillo, estaba sacando las hojas secas del suelo, cuando de repente abajo de una hojita había un hombrecillo, era un duende irlandés, el granjero no lo podía creer, nunca había visto uno. Tenía un sombrero y traje verde oscuro. El duendecillo se presentó: soy el duende mágico y tienes derecho a tres deseos. El granjero sorprendido, no dudo en pedir, quiero tener mucho dinero, buena salud y por supuesto...