La leyenda del hombre lobo
LA LEYENDA DEL HOMBRE LOBO
Miguel Carmona era un escritor famoso, conocido por sus novelas de terror que mantenían a los lectores al borde de sus asientos. Sin embargo, lo que nadie sabía era que la inspiración para sus relatos más escalofriantes provenía de un secreto aterrador que llevaba dentro: cada luna llena, se transformaba en un hombre lobo.
Desde pequeño, Miguel había sido víctima de una maldición gitana, heredada de su abuela. La historia contaba que un conflicto antiguo con una poderosa bruja había llevado a su familia a cargar con esta herencia sanguínea. La transformación era incontrolable y, cada mes, Miguel se encerraba en su departamento 23 en Providenciq, temiendo el momento en que la luna llena asomara.
Sin embargo, el llamado de la luna era más fuerte que su voluntad. Una vez que la oscuridad se asentaba y la luna brillaba con su esplendor plateado, Miguel se veía arrastrado a las calles, una criatura sedienta de sangre, con dientes afilados y garras mortalmente letales se presentaba. La adrenalina corría por sus venas mientras merodeaba por la ciudad, acechando a aquellos que no sospechaban que la muerte se acercaba con sigilo.
La policía, desconcertada por los misteriosos asesinatos que ocurrían cada luna llena, lanzó una cacería contra el supuesto asesino. Sin embargo, sus esfuerzos eran en vano. Nadie podía imaginar que el escritor de éxito mundial, el hombre cuyas letras atrapaban la esencia del terror, era el mismo que la ciudad temía en la penumbra de la noche.
A medida que pasaban los meses, Miguel se debatía entre la oscuridad y su vida normal. Durante el día, se convertía en el escritor apacible, lleno de ideas brillantes y carisma, mientras que por la noche, despertaba un monstruo que solo anhelaba libertad. Una parte de él quería deshacerse de la maldición, pero la otra disfrutaba del poder que le otorgaba.
Cada luna llena se convertía en un juego mortal. Con cada víctima, Miguel sentía un alivio temporal, como si la bestia dentro de él encontrara paz. Sin embargo, al amanecer, la culpa y el horror de lo que había hecho lo perseguían. Lleno de sangre y con sus garras ensangrentadas, regresaba a su hogar, donde las páginas en blanco de sus novelas parecían juzgarlo silenciosamente.
Una noche, mientras se preparaba para su transformación, Miguel recordó la leyenda que decía que, para romper la maldición, debía enfrentarse a su verdadero yo. Con un profundo suspiro, decidió que esta sería la última luna llena que dejaría que el monstruo dominara su ser.
Armado con una determinación renovada, Miguel se dirigió a las calles, no para matar, sino para desafiar a la bestia que residía en su interior. Esa noche, se enfrentarían en un profundo duelo de voluntades. Las sombras danzaban mientras él luchaba por recuperar el control, el eco de sus propios gritos resonando en su mente.
Finalmente, en el clímax de la lucha interna, Miguel gritó hacia la luna, desafiando la maldición que lo había atormentado por tanto tiempo. Al hacerlo, algo extraordinario sucedió: la luna, como si respondiera a su desafío, comenzó a nublarse, y la transformación comenzó a desvanecerse.
A la mañana siguiente, se despertó en su departamento 23, despojado de los horrores de la noche anterior. La maldición había sido levantada. Exhausto pero aliviado, se dio cuenta de que había encontrado la redención, y la luna que una vez lo había atormentado ahora brillaba con una nueva luz, simbolizando su victoria sobre la oscuridad.
Desde ese día, Miguel Carmona se convirtió en un narrador de las verdades de la vida, escribiendo sobre la lucha eterna entre la luz y la oscuridad, sin la sombra de un hombre lobo que lo perseguía. Sin embargo, siempre recordaría las noches que pasó bajo la luna de sangre, y cómo encontró la fuerza para liberarse de su maldición.
Fin.
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