LAS TRAVESURAS DEL DUENDE IRLANDÉS

 

LAS TRAVESURAS DEL DUENDE IRLANDÉS

Había una vez en una isla gigante llamada Irlanda, una historia milenaria, un secreto guardado por miles de años. Al final del arcoíris vive un duende irlandés contando monedas de oro. Es muy avaro no le gusta compartir su oro con nadie. Va recolectando monedas enterradas en la tierra, producto de la guerra en Europa, tiene muchas y algunas son muy antiguas. Cuenta la leyenda que si alguien llega a pillar un duende, este debe entregarle el tesoro. Pero nadie ha podido nunca atrapar uno, son muy rápidos, tienen poderes fantásticos, desaparecen y aparecen en cualquier parte, son invisibles frente a los ojos de las personas. Les encanta hacer travesuras a la gente, especialmente bromas pesadas. Viven en el bosque encantado, donde bailan y juegan libremente, entre casas pequeñas y árboles frondosos. Siempre cuentan sus relatos sobre los humanos, y como los molestan sin que sepan lo que realmente está pasando. Ahí vivía el duende de los tréboles, llamado Tim Bagens, este era un duende muy codicioso. No le gustaba mostrar su riqueza y tampoco gastar dinero a pesar que tenía mucho. Llevaba décadas guardando monedas y joyas brillantes, se reía de la desgracia de la humanidad. Cada vez que había una guerra, el duende salía en busca del botín. Miles de tesoros perdidos, miles de muertes en batalla, pero a él no le importaba, el duende quería solamente quedarse con la fortuna de los ricos que tuvieron que salir escapando, o simplemente que ya

estaban muertos en el cementerio.

Era de noche y los piratas venían navegando por alta mar, querían llegar a puerto seguro en tierra firme, llevaban meses en el océano.Traían un cofre lleno de oro que le habían robado a las embarcaciones de la Reina de Inglaterra. Tomando ron y maldiciendo, contaban sus historias y se reían a carcajadas de todo lo sucedido. Tuvieron que saltar al abordaje contra la tripulación británica, y con espadas y sangre se apoderaron del barco ingles. Ahora iban a Irlanda a esconder el tesoro a una cueva oculta, para que la justicia marítima no los pudiera capturar. Ya faltaba poco para desembarcar. Los piratas se bajaron ebrios y contentos, llevaban un cofre del tamaño de un ataúd, lleno de monedas de oro, lo iban a esconder en su guarida junto con los demás tesoros que iban coleccionando. El duende que andaba rondando por esos lugares, vio llegar la embarcación desde lejos y fue a averiguar de que se trataba. Fue entonces que el duende escuchó a dos pitaras conversando, uno le decía al otro sobre un tesoro mágico, capaz de convertir lo que tocara en oro puro. Tim Bagens era un duende muy astuto y escuchó silenciosamente donde estaba escondido aquel tesoro maravilloso. Tendría que subirse a la embarcación pirata escondido sin que nadie lo viera, y viajar junto a los malvados piratas a tierra lejana, en busca del tesoro. Una vez que llegaron a su destino después de navegar varias semanas, se bajaron a explorar las inmediaciones. Tenían un mapa por suerte, que decía la ubicación exacta del tesoro perdido. Al encontrarlo se dieron cuenta que era un cofre de madera, y se lo llevaron al barco.

Finalmente zarparon de vuelta a la vieja Irlanda, pero no sabían que el duende irlandés venía entre ellos, esperando el momento para robarse el tesoro tan preciado. Al llegar a tierra, fueron a dejar el tesoro en la cueva escondida. El duende no aguantó más, perdió la paciencia y fue inmediatamente a ver el cofre que había llegado. Lo que no sabía es que quedaría hecho oro amarillo, por el resto de los siglos. Y así fue como los piratas se quedaron con el duende de oro, y siguieron tomando ron, celebrando su victoria eterna. Y la hazaña se contó por generaciones entre los irlandeses.

MC