LA PACIENCIA DE SAN PEDRO

 


LA PACIENCIA DE SAN PEDRO 


Había una vez un ángel llamado San Pedro, era el encargado de la recepción en el paraíso. San Pedro tenía la tarea de recibir a todos los fantasmas que llegaban al cielo, ya fueran buenos o no tan buenos.


Un día San Pedro se encontraba observando el reloj celestial, y notó que había algunos fantasmas que aún no habían llegado al paraíso. Impaciente y ansioso, San Pedro comenzó a preguntarse por qué tardaban tanto en llegar.


Entonces, un día Dios se acercó a San Pedro y le recordó la importancia de la paciencia. “Todos llegan al paraíso a su debido tiempo. No debes preocuparte por el tiempo de aquellos que aún no han llegado”.


San Pedro recordando las palabras de su creador, aprendió a ser paciente mientras esperaba a los espíritus que aún quedaban por llegar. Observó el cielo, admiró las nubes y los cambios en la tierra mientras esperaba pacientemente.


Finalmente, después de esperar un buen tiempo, San Pedro vio una escalera que bajaba desde el cielo. Los fantasmas que aún no habían llegado estaban subiendo por la escalera, listos para entrar al paraíso.


San Pedro los recibió amablemente y los llevó a su nueva vida eterna en el paraíso. Desde ese día, San Pedro aprendió la importancia de la paciencia y, aunque a veces le costaba esperar, recordaba que cada cosa tenía su tiempo y su lugar.



Fin



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