EL MAESTRO HECHICERO Y EL JOVEN APRENDIZ

EL MAESTRO HECHICERO Y EL JOVEN APRENDIZ 

Había una vez un hechicero que vivía en un bosque encantado rodeado de imponentes montañas milenarias. Él era un chamán muy poderoso y siempre viajaba en su furgoneta vieja para recoger los ingredientes necesarios para sus pociones.

El hechicero practicaba la magia blanca y ayudaba a la gente en todo lo que podía. La gente del pueblo lo trataba con mucho cariño y respeto, ya que gracias a sus pócimas lograba curar enfermedades y prevenir maleficios.

Un día mientras buscaba hongos alucinógenos para una de sus pociones, se encontró con un grupo de hippies que estaban acampando en el bosque. El hechicero se acercó a ellos y les preguntó si habían visto algún tipo de planta visionaria en los alrededores.

Los jóvenes desconcertados por la figura misteriosa del hechicero, salieron corriendo del lugar pensando que podía ser la policía. Pero uno de ellos tropezó y se lastimó el pie. El hechicero se acercó y le curó la herida con una de sus pócimas mágicas.

El muchacho quedó fascinado con los poderes del hechicero y le pidió que le enseñara a hacer magia. El hechicero accedió y le enseñó todo lo que sabía sobre la naturaleza y la magia.

Desde ese día, el aprendiz del hechicero comenzó a acompañarlo en sus aventuras por el bosque encantado. Juntos recogían ingredientes para pociones y descubrían nuevos secretos que le ofrecía la naturaleza.

Con el tiempo, el joven hippie se convirtió en un hechicero poderoso y se encargó de proteger el bosque encantado y su magia blanca. Y así, el bosque vivió en paz y armonía junto a sus guardianes por siempre.

Fin